Detenerse a contemplar algo, que nos conmueve y captar los orígenes de su generosidad, puede llevarnos a apreciar su verdadera armonía y la belleza de los agradecimientos que conlleva.
¿Como afectan las emociones al proceso creativo? Las propias creaciones son capaces de generar emoción, de conmover a quienes las contemplan. La música, la paleta de colores que el pintor plasma en una obra, la danza, el cine, una joya... llegan a nosotros y generan sorpresa, asombro ante la belleza. La reacción fisiológica de nuestras vísceras, de los músculos, el aumento de la respiración, la dilatación de las pupilas... nos dan la medida de las emociones. ¿La clave para sacar lo mejor de ellas? Conocerlas y entender por qué nos hemos emocionado. Y lo más humano: Dar las gracias a los creadores de dichas obras, y gracias al Universo y al Amor con mayusculas por tener todo ésto a nuestra disposición, y poder disfrutarlo y compartirlo ..
Es importante detenerse. Incluso en lo cotidiano, en lo que tomamos por normal y repetido, puede haber una belleza que no apreciamos porque no nos paramos. Al hacerlo, a veces descubrimos que lo que contemplamos no sólo no es normal: es milagroso y único.
Mirar con dedicación: parar para llegar a ver los sustratos de lo que sucede
ResponderEliminar¿Como afectan las emociones al proceso creativo?
ResponderEliminarLas propias creaciones son capaces de generar emoción, de conmover a quienes las contemplan. La música, la paleta de colores que el pintor plasma en una obra, la danza, el cine, una joya... llegan a nosotros y generan sorpresa, asombro ante la belleza.
La reacción fisiológica de nuestras vísceras, de los músculos, el aumento de la respiración, la dilatación de las pupilas... nos dan la medida de las emociones. ¿La clave para sacar lo mejor de ellas? Conocerlas y entender por qué nos hemos emocionado.
Y lo más humano: Dar las gracias a los creadores de dichas obras, y gracias al Universo y al Amor con mayusculas por tener todo ésto a nuestra disposición, y poder disfrutarlo y compartirlo ..
Es importante detenerse. Incluso en lo cotidiano, en lo que tomamos por normal y repetido, puede haber una belleza que no apreciamos porque no nos paramos. Al hacerlo, a veces descubrimos que lo que contemplamos no sólo no es normal: es milagroso y único.
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