PAZ EN LAS VIDAS

  Escribe Kant "... nada es más natural que se piensen mucho el comenzar un juego tan maligno, puesto que ellos tendrían que decidir para sí mismos todos los sufrimientos de la guerra (como combatir, costear los gastos de la guerra con su propio patrimonio, reconstruir penosamente la devastación que deja tras de sí la guerra y, por último y para colmo de males, hacerse cargo de las deudas que se transfieren a la paz misma y que no desaparecerán nunca..." en SOBRE LA PAZ PERPETUA, publicado en 1795.
 

Tristes insignificancias

  En la marcha del día ocho, Esther Álvarez y yo hicimos una performance, que consistió en colocar pequeños carteles en lugares significativos, para constatar la insignificancia de nuestra buena voluntad.
 

Conmoción del bien

  El bien necesita fuertes e inteligentes elementos, bien equilibrados, para que no se rompa en su fragilidad.