Hay indicios en lo real que nos invitan a imaginar lo posible.
Del mismo modo que los escultores griegos buscaban construir el cuerpo perfecto, y para ello, encontraban las partes más bellas, que existían en la realidad: las manos de uno, las piernas de otro, ojos, bocas... y con la unión de todas ellas lograban unas esculturas maravillosas, así el ser humano ha observado rasgos de carácter perfectos, distintos aspectos de alto comportamiento ético en unas y otras personas. ¿Con la suma de todos ellos se nos construye la idea de perfección?
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