A veces, todas las buenas intenciones, aunque existan con el mejor objetivo y todo el empeño en bien lograrlas, convocan a un caos difícil de sobrellevar, descifrar y asumir.
El propósito y la finalidad de nuestras buenas intenciones con el prójimo está en nuestra cabeza y es nuestro deseo que se cumpla. Pero no siempre lo que consideramos bueno para el otro es realmente bueno para él. Quizá estamos provocando un malestar que luego nos repercutirá también a nosotros.
Sí, a veces
ResponderEliminarEl propósito y la finalidad de nuestras buenas intenciones con el prójimo está en nuestra cabeza y es nuestro deseo que se cumpla. Pero no siempre lo que consideramos bueno para el otro es realmente bueno para él. Quizá estamos provocando un malestar que luego nos repercutirá también a nosotros.
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