A cielo abierto

El cielo en la tierra sí existe, y lo hacen posible millones y millones de personas, cada día, con su esfuerzo, con su amabilidad, con su dedicación, con su verdadera humanidad.
 

4 comentarios:

  1. Existen en la tierra el cielo y el infierno. Cada uno de nosotros es responsable de provocar una onda expansiva de bienestar o de pesadumbre. No pasamos por el mundo sin más; vamos dejando una estela y debemos esforzarnos para que sea agradable y gustosa.

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  2. La sinceridad en la dicha es generosidad, la plenitud misma: don y virtud a la vez, gozo compartido que traspasa credos, y sana en abundancia.

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  3. Pues sí, el cielo y el infierno están en la Tierra. Es triste ver cómo el egoísmo, que esparce miedo e ignorancia, a veces con causa en trastornos mentales, hace que muchas personas vivan en el infierno. Y parece que la humanidad no es capaz de encontrar la solución para que todos vivamos en dicha celestial, siendo posible.

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  4. A veces basta un abrazo, una sonrisa, una mirada, unas palabras para hacer más fácil la vida a los demás. Todos y cada uno de nosotros podemos hacer de este mundo un mundo mejor. Gracias, ángeles terrenales que hacéis que el cielo en la tierra sea posible.

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