Mejor escribir y hablar a pesar del miedo; lo que nos guardamos no se diluye, se hace más y más grande y acaba por enfermarnos de alguna manera. Y mirar... Habrá que mirar para no vivir engañados.
Ciertamente así es… Escribir, hablar, dramatizar…en definitiva expresar los hechos desde el amor, la generosidad, la belleza y la voluntad poseen un efecto balsámico y mitigan buena parte de los impactos emocionales sufridos.
El miedo y la escritura se entrecruzan y separan; el primero nos asalta, como construcción social, y la segunda lo conjura, como acto de rebeldía. Enfrascado en la fórmula de grupos políticos retardatarios, el discurso (y el temor) son ofrecidos o impuestos ordinariamente. El silencio es tachado por su cercanía a lo raro, pero igual el ruido, la palabra y el diálogo. Un cierto equilibrio del sentido es lo que puede revertir la discusión de lo público y lo privado: del genio y lo nuevo.
Mejor escribir para curarnos y curar; para enseñar y aprender. Hablar pensando lo.que vamos a decir, sin miedo y observar la realidad de forma amable...
Mejor escribir y hablar a pesar del miedo; lo que nos guardamos no se diluye, se hace más y más grande y acaba por enfermarnos de alguna manera.
ResponderEliminarY mirar... Habrá que mirar para no vivir engañados.
Ciertamente así es…
EliminarEscribir, hablar, dramatizar…en definitiva expresar los hechos desde el amor, la generosidad, la belleza y la voluntad poseen un efecto balsámico y mitigan buena parte de los impactos emocionales sufridos.
El miedo y la escritura se entrecruzan y separan; el primero nos asalta, como construcción social, y la segunda lo conjura, como acto de rebeldía. Enfrascado en la fórmula de grupos políticos retardatarios, el discurso (y el temor) son ofrecidos o impuestos ordinariamente. El silencio es tachado por su cercanía a lo raro, pero igual el ruido, la palabra y el diálogo. Un cierto equilibrio del sentido es lo que puede revertir la discusión de lo público y lo privado: del genio y lo nuevo.
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