Enmudezco ante el verso.
Ahí, sólo me atrevo
a indagar, a contemplar,
con temblor, con respeto.
Desmesurado es el anhelo
para comprehender
lo que a mi ser llega
en el aprender nuevo.
¿Qué quiere expresar
desde su amplio empeño?
¿Por qué es capaz
de jugarse la vida toda,
en ese trabajo con denuedo?
No puede evitarlo
quien a ello se entrega,
le nacen los versos,
son las fuertes ramas
de su ser, sus hojas
de color verbal,
sus frutos de sabor visual,
los reflejos del destello
en el envés de todo,
todo su conocimiento.
No terminamos de agradecer
al poeta, el arduo trabajo,
que jamás podrá pagarle
la humanidad ciega.
La vidente, sí, pero será breve.
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