Gesto paternal

Si recuperáramos esas botas tan especiales y fantásticas, 
y volviéramos a recorrer un largo espacio, 
y retrocediéramos otro largo tiempo a la vez,

 encontraríamos a un padre que,
 cada vez que veía una buena rama
 de un buen árbol,
 preparaba un columpio para sus hijas.

Contemplaba tranquilo la paz del árbol al verlas columpiarse.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario