Esperando momentos y acontecimientos espectaculares no apreciamos suficientemente los sencillos de cada día. Nuestra atención se dispersa, sin darnos cuenta de que todos son únicos y no se volverán a repetir.
Realmente es difícil apaciguar nuestra mente, parece que necesita entrenamientos, ejercicios como los músculos, y qué bueno sería si tuviéramos la suerte de que nos los enseñaran desde pequeños
No es cierto no se nos hace fácil aceptar nada vemos con nitidez el final de nuestros días y el de nuestros seres queridos porque solo vemos las verdades en su forma más clara igual que aprendemos de forma nítida el bien y el mal aprendemos que todo lo perderemos y es entonces cuando comenzamos a aprender a olvidar nuestro destino
Es muy posible que la mayoría de lo que hacemos los humanos tenga como objetivo serenar la mente y tal vez esa precisa constitución con todos sus caos nos mantiene activos en constantes construcciones de distintas índoles
Esperando momentos y acontecimientos espectaculares no apreciamos suficientemente los sencillos de cada día. Nuestra atención se dispersa, sin darnos cuenta de que todos son únicos y no se volverán a repetir.
ResponderEliminarRealmente es difícil apaciguar nuestra mente, parece que necesita entrenamientos, ejercicios como los músculos, y qué bueno sería si tuviéramos la suerte de que nos los enseñaran desde pequeños
ResponderEliminarApreciar, no dar nada por hecho, agradecer...son cuestiones que requieren una educación desde casa...
ResponderEliminarinsitamos en ello educando, con ese "amor incondicional" de madre...
ResponderEliminarAbrazos!!
No es cierto no se nos hace fácil aceptar nada vemos con nitidez el final de nuestros días y el de nuestros seres queridos porque solo vemos las verdades en su forma más clara igual que aprendemos de forma nítida el bien y el mal aprendemos que todo lo perderemos y es entonces cuando comenzamos a aprender a olvidar nuestro destino
ResponderEliminarQuelo urgente no nos impida ver lo importante de lo cotidiano
ResponderEliminarEs muy posible que la mayoría de lo que hacemos los humanos tenga como objetivo serenar la mente y tal vez esa precisa constitución con todos sus caos nos mantiene activos en constantes construcciones de distintas índoles
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