Observaciones desde la sombra
Siempre que contemplo las ramas de un árbol, sospecho que el esquema de sus ramas puede ser un reflejo muy cercano al de sus raíces. Y nosotros también vamos entroncados entre lo que se puede apreciar, y el aroma que se extiende por dentro, oculto.
Nuestras raíces se extienden hasta mucho antes de haber abierto los ojos a este mundo y marcan nuestra sujeción en él
ResponderEliminar¡Excelente reflexión!
ResponderEliminarEs bonito y cierto lo que dices. Aunque, a veces, el exterior no refleja en absoluto el interior, tanto para bien como para mal...
ResponderEliminarFood for thought!
ResponderEliminar¡Qué importantes son nuestras raíces! Nuestro comienzo, nuestra educación, los valores, nuestra solidez como personas. Por supuesto, al igual que los árboles y plantas necesitamos el sol; otras personas que iluminan y nos guían en nuestro caminar por la vida. Los humanos tendemos nuestros brazos hacia los demás como si fueran ramas y damos nuestros frutos, pero las raíces constituyen nuestra base.
ResponderEliminarAbonemos y cuidemos con esmero el Árbol de la Vida y los frutos serán ricos y abundantes.
ResponderEliminarNo sé lo que pasará en los árboles, pero en las personas las buenas experiencias modifican las trayectorias de las más lejanas y complicadas raíces
ResponderEliminarMuy cierto!!!
ResponderEliminarTodas las experiencias, vivencias… positivas y deseables son en realidad, una cadena de infinitos beneficios que se expanden como las raíces,
Como en todo ser vivo, p. ej. nosotros, hay una parte que se ve y se puede analizar, otra de misterio sobre la que se puede especular y hasta deducir y una inmensidad a la que no llegamos porque sus infinitas ramificaciones traspasan las dimensiones conocidas
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