CORRECCIONES

  Hoy, muy temprano, después de levantarme, me he asomado al balcón para sentir el frescor de la mañana.
  Un vecino del barrio, al que conozco desde hace muchos años, caminaba a paso lento, casi sin energía, con una bolsa en una mano y una maleta en la otra.
  Se ha parado al lado de unas cajas de cartón, vacías y tiradas en la acera. Primero las ha ordenado bien. Después se las ha llevado no sé a dónde. No podía verlo. Entre tanto su bolsa y su maleta estaban en medio de la acera.  No había nadie en la calle.
  Ha vuelto a paso ligero y ha reanudado su camino con sus cosas. Dos o tres metros más adelante, ha visto una camisa tirada en medio de la calle. Ha vuelto a abandonar su equipaje. Ha cogido la camisa azul y ha cruzado la calle para tirarla a una papelera.
  Hace muchos años, cuando él aún trabajaba, coincidíamos muchos días, por la mañana, más o menos a la misma hora. Un día me extrañó verle con una botella de agua de litro y medio, llena y sin tapón, en la mano.
  Aunque yo iba un poco tarde, no le adelanté. Tenía curiosidad.
  En la manzana siguiente a la nuestra, había un lugar con unas plantas abandonadas.
  Él, tranquilamente, les puso agua, a cada una de ellas. Yo también veía, cada día, las mismas plantas y pensaba: nadie se preocupa de ellas y sobreviven. 
  Esta tarde, las cajas de cartón, bien ordenadas, estaban al lado del cubo amarillo para reciclar.
   
  

Ayudas valiosas

     Me he obligado a hacer el blog y, al buscar alguna foto para ver que se me ocurría, he encontrado ésta de Celia de Juan con su impagable ayuda, el año pasado, durante la instalación ÁRBOL-HIJO-LIBRO

Criaturas

      (Una de las piezas creada con uno de los ejemplares de Trayectos Gustosos para la instalación
                                            ARBOL-HIJO-LIBRO en julio de 2014)
 El esfuerzo de la creación y el orden en los pequeños mundos
 ¿se unen con vínculos más insospechados de lo que creemos?

Entre tramos

Después de tantos años
en el reto del propio conocimiento
inasible, serpentino
en todos sus vericuetos,
voy de tramo en tramo
y sé que no alcanzaré el anhelo.
Avanzo por el camino y llego
rumbo de una escalada.
Errante en la constelación
de todos los encuentros previos,
se vislumbran algunos hechos:
Cuanto más se sabe de uno mismo,
mejor se comprende el comportamiento
de muchos de los otros compañeros.
El peregrinaje está en el ámbito de adentro
y el amor es un acicate perplejo.